Fluir, o desvanecerse. Vivir, al fin y al cabo. El eterno retorno.
Boecio, en boca de un vagabundo, le recuerda a Tony Wilson (encarnado por Steve Coogan) en 24 Hours Party People una máxima de su La consolación de la filosofía: «La historia es una rueda. La inconstancia es mi esencia, dice la rueda. Súbete a mi radio, si quieres, pero no te quejes cuando te arroje a los abismos. Los buenos tiempos pasan, pero también los malos. La inestabilidad es nuestra tragedia, pero también nuestra esperanza. Los peores tiempos, al igual que los mejores, siempre pasan» (podéis leerlo aquí, si queréis).
El ave Fénix está cansada de quitarse las cenizas de las alas, pero siempre retorna. Así que de aquellas llamas ha nacido este nuevo espacio. Lo mismo, pero en otros zapatos. Cuando los edificios viejos se derrumban uno debe mudarse, y yo lo he hecho, y no sólo en sentido metafórico. Así que era cuestión de aprovechar el deshacer de cajas para desembalar también ésta, esta nueva aventura en ese espacio irreal e inconsistente, como la historia, que llamamos internet y que es tan ingobernable como nuestras vidas.
Nuevo dominio, nuevo CMS, nuevas reglas, nuevas expectativas. Pero vosotros sois los que debéis seguir ahí, haciendo sitio a los nuevos y aprovechando que allí al fondo queda un poco de hueco.
Polidori sigue aquí, pero ya no es el mismo. Sería estúpido negarlo. El anterior espacio no desaparecerá, mientras que los viejos amigos de La Coctelera me lo permitan. Lejos queda ese primer post, todos aquellos durante estos largos ocho años. Necesitaba un traje nuevo, y aquí lo tenéis.
Sois más que bienvenidos.
Saludos, camarada. Toca actualizar mi agregador RSS para seguirte 🙂
Un abrazo.