El sueño de cualquier aficionado a la pintura es atravesar el lienzo, como hiciera Alicia con el espejo, y adentrarse en un cuadro como si fuese uno más de los protagonistas. Rino Stefano Tagliaferro (con ese hermoso apellido, similar al catalán Tallaferro, «el que corta el hierro«, alusión a un más que temible caballero, entiendo) lo ha intentado con resultado dispar, pero cuanto menos inquietante.
Quizá quede mucho para lograr hacer del 2D de un lienzo un 3D, pero desde luego se le agradece el intento al bueno de Rino.
Además, nuestro viejo amigo Friedrich es también protagonista. Qué más se puede pedir.